Tras el acuerdo de finalizar el Paro Nacional alcanzado por el Gobierno Nacional y la dirigencia de los pueblos y nacionalidades indígenas, la Defensoría del Pueblo, como la Institución Nacional de Derechos Humanos, se congratula y llama a la población a continuar construyendo una sociedad justa y pacífica, respetuosa de los derechos de todos y todas.
Durante los 18 días de movilizaciones, el Ecuador experimentó uno de sus procesos sociales más críticos. Lamentablemente, durante este tiempo hemos sido testigos de la polarización de la sociedad ecuatoriana, el ahondamiento del conflicto de clases sociales, y el aumento de la aporofobia y el racismo.
Tampoco podemos dejar de mencionar la dolorosa pérdida de vidas humanas y demás actos de violencia que se registraron en este periodo de gran agitación ciudadana. Sin duda alguna, la mayor enseñanza que ha dejado este Paro Nacional es que la violencia, sin importar de donde provenga, destruye a la sociedad de paz que todos aspiramos; por lo cual, se confirma que solo a través del diálogo y la manifestación de manera pacífica podemos alcanzar acuerdos fructíferos.
El Estado ecuatoriano tiene una deuda histórica con los pueblos y nacionalidades indígenas, quienes todavía forman parte de los sectores de la sociedad con los niveles más bajos de acceso y ejercicio al respecto de los derechos humanos en el país. En este contexto, es imprescindible que las autoridades de todos los niveles y entidades de gobierno, más allá de los valiosos acuerdos recientemente alcanzados, propongan y apliquen soluciones a los problemas estructurales que aquejan a la población indígena, a lo largo de todo el territorio nacional.
Por ello, la Defensoría del Pueblo EXHORTA a la población en el Ecuador a deponer cualquier tipo de posición o sentimiento separatista, racista, aporofóbica, que tanto daño hacen a la sociedad en el país.
Así mismo, exhorta a todas y todos a abrigar una mirada empática y de respeto a los grupos sociales que se encuentran en situaciones menos favorables y que impiden el pleno ejercicio de sus derechos fundamentales. Es deber de todas y todos trabajar por la consolidación de un Ecuador más democrático, pacífico y justo.
La Defensoría del Pueblo continuará con su labor constitucional de velar por el respeto, garantía, promoción, protección y tutela de los derechos de todas las personas en el Ecuador, en especial de los grupos de atención prioritaria, y seguirá contribuyendo al pleno ejercicio de los más altos estándares de los derechos fundamentales.
Dr. César Córdova
Defensor del Pueblo de Ecuador (e)
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