El 11 de octubre de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el “Día Internacional de la Niña” con el fin de:
a) reconocer sus derechos y los desafíos que tiene que enfrentar frente a situaciones de doble y triple vulnerabilidad, como lo están las niñas en situación de movilidad humana, con discapacidad, con diferente orientación sexual o identidad de género, desigualdad étnica o socioeconómica, entre muchas situaciones y los desafíos que enfrentan cotidianamente,
b) así como para promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos.
De acuerdo a las proyecciones del INEC, al 2020, hay aproximadamente 2.999.515 niñas de 0 a 17 años en Ecuador.
El 2020 ha agravado la situación de violación de derechos de niñas y adolescentes mujeres. Sabemos que, en momentos de crisis, los grupos de atención prioritaria y, especialmente, ellas sufren de manera desmedida y están más expuestas a ser víctimas de explotación, violencia y abuso.
Según una encuesta aplicada en 2020 por UNICEF y MINEDUC, no tener acceso es la razón principal de deserción escolar en las zonas rurales.
Para las niñas y adolescentes esto implica, en muchos casos, no contar con el acceso a los programas de alimentación escolar, no relacionarse entre pares, y con el cierre de los centros educativos, las y los docentes tienen menos probabilidades de identificar signos de violencia. Según UNICEF, en situaciones parecidas de confinamiento, especialmente, las niñas en edad escolar que no asisten a la escuela durante largos periodos de tiempo, tienen muchas menos probabilidades de regresar cuando se reanudan las clases.
La Defensoría del Pueblo llama al Gobierno Nacional, a las familias y a la comunidad en general, a asumir la responsabilidad desde sus competencias y entender la violencia contra niñas y adolescentes como un hecho social y no únicamente como una característica individual cercana a las patologías. Debemos hacer un análisis crítico sobre la construcción de la violencia como un fenómeno multicausal y con estructuras socioculturales como la desigualdad de género, adultocéntrica, con desigualdades y asimetrías de poder.
Desde el enfoque de derechos humanos necesitamos promover los principios de equidad, dignidad humana, trato igualitario, oportunidades de participación y derechos humanos para todas, con el fin proteger y empoderar a las niñas y adolescentes que viven en Ecuador.
Dr. Freddy Carrión Intriago
Defensor del Pueblo de Ecuador
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