Estimadas y estimados amigos:
Una vez que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio ha designado a la primera autoridad de la Defensoría del Pueblo de Ecuador, me dirijo a ustedes para despedirme y agradecerles en mi nombre y de mi equipo de trabajo, la oportunidad de compartir sus luchas, propiciar encuentros y acercar a la Defensoría del Pueblo a las causas que sostienen- y con seguridad lo seguirán haciendo – las organizaciones sociales y defensores y defensoras de derechos humanos y de la naturaleza.
Visibilizamos y emitimos pronunciamientos frente a las vulneraciones de derechos humanos y de la naturaleza, en contextos adversos e incluso asumiendo las disculpas por lo silencios del pasado; hemos tenido éxito en activar garantías jurisdiccionales y acciones oficiosas para tutelar los derechos; se han consolidado los 24 consejos de defensoras y defensores de derechos humanos y de la naturaleza en cada provincia y un consejo nacional integrado con representantes de cada una de ellas. Así, más de 400 defensoras/es participan y articulan sus acciones, dialogan y se reconocen en sus luchas.
Considero que hoy la sociedad comprende con mayor claridad el rol que debe cumplir la Defensoría del Pueblo, como una garantía institucional de los derechos humanos y de la naturaleza, que requiere de autonomía e independencia para cumplir con su labor.
Las luchas compartidas no se agradecen, se sostienen y alimentan, no obstante, mi gratitud para todas y todos por los aprendizajes, por la confianza y por el respaldo y los afectos expresados durante mi gestión. Los espacios y desafíos para la promoción y defensa de los derechos humanos y de la naturaleza con seguridad propiciarán nuevos encuentros y en ellos, como diría Benedetti, ustedes saben que pueden contar conmigo.
Abrazo fraterno,
Gina Benavides Llerena
Defensora del Pueblo Encargada
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