Un año de gestión institucional defensorial se cumple en medio de una situación de emergencia nacional, donde prevalece, más que nunca, la necesidad imperante de proteger los derechos humanos de las y los ecuatorianos. Son doce meses que lleva al frente de la Institución Nacional de Derechos Humanos el Defensor del Pueblo, Dr. Freddy Carrión Intriago, trabajando, apegado al cumplimiento de acciones encaminadas a un constante y permanente contacto social y ciudadano.
Fueron algunas las acciones que marcaron este año de gestión de la Defensoría del Pueblo, donde su titular ha desconcentrado la labor defensorial hacia la consolidación de una sociedad empoderada y respetuosa de sus derechos humanos y los de la naturaleza. Acciones en torno a la no criminalización de la protesta social; la vigilancia al respeto y garantía de los derechos de las personas adultas mayores y maestras y maestros jubilados, con un enfoque integral de respeto y protección a los derechos sociales, económicos y culturales; el empoderamiento del conocimiento ciudadano sobre los derechos y la normativa integral para prevenir y erradicar la violencia contra la mujer, niños, niñas y adolescentes; así como, la tutela de los derechos de las comunidades, pueblos de las nacionalidades indígenas y afrodescendientes y grupos de atención prioritaria.
Para la Defensoría del Pueblo ha sido un año lleno de retos, desafíos y logros, con hitos institucionales importantes que han marcado precedentes en temas de relevancia como la lucha por la igualdad, equidad y paridad de género en las representaciones políticas en el país con 93 acciones de protección presentadas en contra de concejos municipales; la reparación a daños ocasionados a la naturaleza de Galápagos con 1,5 millones de dólares revertidos; la protección de usuarios de la vía pública con más de 3 millones de dólares devueltos a 13 mil quinientos ciudadanos y ciudadanas afectadas por la instalación de fotorradares en Carchi; la defensa de la integridad física y los derechos humanos como pilar del trabajo institucional durante la convulsión social que vivió el Ecuador durante el paro nacional de octubre de 2019.
No podemos dejar de mencionar la gestión permanente, durante estos 365 días, para defender a las y los trabajadores que, por más de 50 años, han vivido en situación de esclavitud moderna por la empresa Furukawa, así como la constante lucha por los derechos de las y los ciudadanos, y sobre todos de los grupos vulnerables en territorio, en medio de la declaratoria de emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19. En este contexto de crisis social y económica, acogemos como un logro institucional en beneficio de más de 4,2 millones de ecuatorianas y ecuatorianos, la reversión del Gobierno Nacional a la decisión que había tomado sobre la pretendida eliminación de 880 infocentros.
Por otro lado, la Defensoría del Pueblo construyó espacios de diálogo cercano con la ciudadanía, escuchando las vulneraciones a sus derechos a través del proyecto institucional «Diálogos ciudadanos por la defensa de los derechos» y, de igual manera, fortaleció espacios de fomento a la educación en derechos humanos, como la inauguración del fondo Bibliográfico Elsie Monge de la Biblioteca Especializada de la institución a finales de 2019, como un aporte para la ciudadanía y, sobre todo, para la niñez y juventud.
La Defensoría tiene aún un camino intenso para seguir fortaleciendo, por ello, es necesario superar los obstáculos que impiden que los derechos humanos y los de la naturaleza sean respetados. Ahora más que nunca, está firme nuestro compromiso institucional para continuar con la construcción de un “Ecuador como tierra de derechos”.